Los bandidos apenas se descuidaron un segundo y fue ahí cuando el vendedor aprovechó para sacar rápidamente una pistola y dispararles a quemarropa. Se informa que ambos delincuentes murieron en la calle. El dueño del supermercado llegó a la comisaría, acompañado de su abogado, pero fue puesto en libertad debido a que los agentes estimaron que usó el arma de fuego en legítima defensa.