“¡Soy tu hijo, no llames a la policía, por favor!”

“¡Soy tu hijo, no llames a la policía, por favor!”, suplica entre sollozos un niño a su madre. Resulta que el crío se llevó una taza de un restaurante y su mamá le dice que llamará a la policía para informar sobre el ‘robo’. “Tengo miedo”, grita el niño. Si todo el mundo le tuviera tanto miedo a la policía, no sería de extrañar que las tasas de criminalidad disminuyeran de forma drástica.