Un ladrón armado consiguió más de lo que esperaba en una tienda de Sandusky, en Ohio. El empleado de la tienda, Marc Álvarez, lo desarmó y el caco tuvo que salir despavorido. Cuando llegó la Policía, Álvarez les entregó la pistola semiautomática y se unió a la búsqueda del delincuente. Álvarez insiste que sus actos heroicos no son nada especial y que ese día simplemente no estaba de humor para aguantar al ladrón.