Maureen Barnett, una británica de 65 años, ha alcanzado el estado que muchas personas anhelan alcanzar toda su vida: es constantemente feliz y disfruta de cada minuto de la vida. Así lo informa la página en Facebook 'Minding Mo - Our Journey into Dementia & Alzheimer's', dedicada a la historia de Barnett y la vida de su familia. Según explica la página, la mujer es feliz sin necesidad de meditar ni acudir a un terapeuta. En 2003, le diagnosticaron demencia vascular ―debido a lo cual había perdido incluso la capacidad de hablar― y en 2013 se confirmó que sufría la enfermedad de Alzheimer. Pero resulta que la combinación de estas dos condiciones le generaron un efecto secundario inesperado que le genera felicidad.
Maureen Barnett había trabajado con anterioridad en el Servicio Social del Reino Unido. Ella siempre era amable, deseaba ayudar a la gente, y la enfermedad ha fortalecido estas cualidades, señala la página. Su hija, Michelle Pattenden, de 39 años, afirmó cuando era adolescente a veces peleaba con su madre, porque ambas eran bastante irritables. Ahora casi no discuten, porque Maureen lo ve todo con una sonrisa y es casi permanentemente feliz, a pesar de los momentos de pérdida de memoria a corto plazo y los episodios de 'déjà vu'.
La hija de la mujer también indicó que el entusiasmo persistente de su madre no siempre es apropiado: cuando la mamá de Maureen murió, la anciana continuó disfrutando de todo lo que veía, y fue bastante difícil de explicárselo a los familiares. Sin embargo, Michel añadió que solo había que aceptarlo, dado que ahora su madre era así.
Michelle trata de crear conciencia acerca de la demencia a través de su página en Facebook. Con ese objetivo, junto a su madre y sus familiares participa en diferentes eventos dedicados a la demencia y la enfermedad del Alzheimer.