El ufólogo británico Max Spiers, de 39 años, fue encontrado muerto en junio en Polonia, poco antes de una conferencia en la que iba a hablar sobre ovnis y teorías de conspiración, informa 'The Telegraph'. Las autoridades polacas declararon que la muerte se debió a causas naturales, pero su fallecimiento suscitó las dudas de su madre y generó todo tipo de teorías conspirativas, entre otras, de que los gobiernos del mundo supuestamente eliminan a quienes se acercan demasiado a la verdad sobre el fenómeno de los ovnis.
"Si me ocurre algo, que lo investiguen"
Así, la madre afirma que días antes de la muerte, Max Spiers le envió un extraño mensaje que rezaba: "Si me ocurre algo, que lo investiguen". Mientras su familia argumenta que el hombre se encontraba en perfecto estado de salud, algunos llegaron a especular que el ufólogo fue envenenado. "¿Si no fuera cierto aquello de lo que hablaba, por qué habrían de matarlo? Las personas sanas no se enferman y mueren, son envenenadas", sostuvo el bloguero Craig Hewlett.
"Creo que Max había estado cavando en algunos lugares oscuros y temo que alguien lo quisiera muerto", comentó la madre. La misma asegura que lo único que tiene es un certificado de defunción de las autoridades polacas y que no se realizaron inspecciones 'post mortem'.
Pese a todas las sospechas, Nick Pope, periodista y un importante especialista en ufología, sostuvo que las teorías conspirativas son tan solo eso. "La muerte de Max Spiers fue una tragedia, pero después de haber dirigido el proyecto sobre ovnis del gobierno del Reino Unido, juro que no andamos por ahí matando a los investigadores de ovnis", escribió en su cuenta de Twitter.