Las ganas de lucir unos vaqueros ajustados en una fiesta llevaron a Jane Rylance, de 52 años de edad, a una emergencia que pudo haber acabado mucho peor. La prenda, de unos 36 dólares, casi le costó una pierna debido a la alta presión que le causó serios daños en nervios y músculos. La mujer fue sometida a cuatro operaciones y evitó la amputación por suerte, informa el diario británico 'The Sun'.
Diagnosticada posteriormente con el síndrome compartimental, la residente de Ormskirk (Lancashire, Reino Unido) llegó a un hospital con las extremidades inferiores completamente hinchadas. Los médicos la operaron en la pierna izquierda de inmediato para aliviar la presión. "Me dijeron que solo una hora me separaba de una amputación. Pude haber muerto", reveló Rylance.
La mujer tiene un hijo de 21 años y, a pesar de las cicatrices, se siente feliz de estar viva. Admitió que los vaqueros que casi le costaron la vida le apretaban más de lo normal por haber aumentado de peso, pero el incidente, que tuvo lugar en junio, le ha quitado las ganas de volver a usar ese tipo de pantalones ajustados. "Ninguna tendencia de moda merece la pesadilla que he vivido", comentó.