La revista 'Journal of Agricultural and Food Chemistry' ('Revista de química agrícola y alimentaria') ha publicado los resultados de la investigación de un equipo de científicos alemanes encabezados por Martin Steinhaus, del Centro Alemán de Investigaciones de Química Alimentaria, que ha revelado los 19 componentes que confieren el desagradable olor característico del durián, una fruta que crece en el sudeste asiático. Tres de ellos eran más fuertes que otros y también fueron detectados en otra fruta, en una cebolla asada y en una cebolla podrida.
Los investigadores han descubierto que el olor del durián se puede recrear solo mediante dos elementos químicos: el etilo (2S)-2-butirato de etilo y 1-metilsulfoniletanol.
El durián es una fruta originaria del sureste asiático, donde es muy apreciada. Su nombre procede de la palabra 'duri', que en idioma indonesio-malayo significa 'pincho', ya que su cáscara está recubierta de protuberancias puntiagudas. El durián es rico en vitamina A, C y D, así como en cobre, hierro, fibras y materias grasas. En los países donde se consume es considerado un manjar y suelen llamarlo 'el rey de las frutas'. Sin embargo, a los no iniciados en los placeres del durián puede abrumarlos su fuerte olor, que recuerda al de la basura o la carne podrida. A pesar de ser tan apreciado, en varios países está prohibido entrar en el transporte público llevando durianes o incluso pasar cerca de hoteles con esta fruta en las manos.