La Policía peruana del distrito de Puente Piedra ha detenido a Jonan Cristhian Maza Quezada, de 36 años, por el robo de un teléfono móvil. Lo curioso del caso, según lo informa el diario peruano 'El Comercio', es que se trataba de la séptima vez que el delincuente era apresado por la misma fechoría, cinco de ellas en los últimos seis meses.
"¿Estás arrepentido?", le preguntó un agente de la Policía frente a las cámaras y este respondió, entre risas, que sí lo estaba. Según la prensa peruana, muchos de los delincuentes menores se sienten confiados en que en cualquier momento saldrán libres y continúan robando.
Este fue precisamente el caso de Maza, a quien la Policía tuvo que liberar porque la víctima del robo decidió retirar la denuncia. Un día después, los agentes del orden lo capturaron nuevamente, por octava vez. En esta ocasión el ladrón declaró que se sentía "decepcionado de la vida".
En Perú, arrebatar un teléfono móvil es considerado como una falta y no un delito. A pesar de que han existido propuestas para cambiar la regulación, esta infracción aún mantiene un castigo leve a pesar de la efectiva acción de los efectivos policiales.