Testigo de un crimen escalofriante: "Le clavó un destornillador y se está comiendo su cara"

Dos semanas después de salir de la cárcel, Matthew Williams, que en noviembre de 2014 tenía 34 años, llevó a la joven Cerys Yemm, de 22, a la habitación de un hotel. Allí, el hombre, un esquizofrénico paranoico, la mató con brutalidad. Ahora, los investigadores han conocido los detalles escalofriantes del llamado de la dueña del lugar al descubrir la escena, publicó el sitio 'Daily Mail'.

Tras escuchar unos gritos, Mandy Miles, la propietaria del hotel Sirhowy Arms Argoed, en Gales, irrumpió en la habitación de Williams. Quedó horrorizada. La joven estaba tirada en el piso tras haber sido atacada con un destornillador y, sobre ella, Williams se estaba "comiendo su cara".

Los detalles fueron revelados cuando los investigadores accedieron al audio del llamado que la mujer hizo al servicio de emergencia 999. "Le clavó un destornillador en la cara. En realidad, está masticando su cara. Entré a la habitación y la había matado. Hay sangre por todas partes, parece una película de terror", exclamó Miles, quien se convirtió en la testigo principal de la causa.

Pese a asegurar que eso era "lo que parecía", la autopsia comprobó que Williams no había practicado canibalismo. "No era una chica. Solo había sangre saliendo. Fue horrible", concluyó Miles.

Sin medicación

Mientras la investigación avanza, la madre del asesino explicó que tras dejar la cárcel en la que había estado durante dos años y medio no había recibido más medicación, pese a que había vuelto a "escuchar voces".

Por su parte, su amigo Rhodri Moore agregó que Williams estaba bien cuando dejó la prisión, pero su estado empeoró rápidamente y comenzó a consumir drogas. "No estaba bien, estaba viendo cosas, alucinando. Estaba molesto y nervioso. Deprimido. No podía conseguir medicamentos; su madre estaba tratando que alguien lo viera. Él estaba dispuesto a recibir ayuda", concluyó.