Científicos de la Universidad de Estocolmo (Suecia) han encontrado un inusual indicio mediante el cual los seres humanos podemos predecir las posibilidades de fallecer de manera temprana: la pérdida de olfato.
Para llegar a esta idea, esos especialistas analizaron a 1.774 suecos con edades comprendidas entre 40 y 90 años durante 10 años. Los participantes realizaron una prueba inicial basada en la definición de 13 efluvios diferentes y, posteriormente, se sometieron a un seguimiento regular. Los científicos concluyeron que la posibilidad de fallecer está ligada a la capacidad de definir los olores correctamente.
Ingrid Ekstrom, estudiante de doctorado del departamento de Psicología de ese centro educativo, ha explicado que "muchas personas de edad avanzada pierden el sentido del olfato y eso no tiene nada de inusual", pero lo más interesante es que "incluso después de considerar el factor edad, se mantiene la conexión entre la disminución del sentido del olfato y el riesgo de morir".
Los investigadores aseguran que resulta difícil explicar el hecho, pero podría estar relacionado con el hecho de que, cuando disminuye la capacidad de ese sentido, también se reduce el deseo de comer. Además, la capacidad de definir los olores de manera correcta representa uno de los indicadores clave para determinar la buena salud del encéfalo: las anomalías en este componente del sistema nervioso central aumentan el riego de muerte temprana.