La joven Honya Enam Heikeens, de 25 años, nació en Ghana y a los 7 años notó los primeros indicios de vitíligo, una rara enfermedad que cambia la pigmentación de la piel. Su vida escolar transcurrió entre las burlas de sus compañeros de clase, que pensaban que el padecimiento era contagioso.
A lo largo de muchos años Heikeens se enfrentó a la incomprensión de la sociedad africana, donde personas como ella eran una rareza. "Sufrí de 'bullying' por mi piel en el colegio, no pude ocultar mi condición, tenía manchas por toda la cara", recuerda la joven, citada por el diario 'The Daily Mail'.
El color de su piel tuvo incidencia no solo en sus amistades, sino también en su vida amorosa. "Cualquier persona con la que salía se sentía incómoda de ser vista conmigo", señala. Los médicos locales no sabían qué era el vitíligo, y Heikeens llegó a conocer qué eran aquellas manchas recién cuando otra mujer que tenía la misma enfermedad visitó su colegio.
Al graduarse, Heikeens comenzó a estudiar para ser enfermera y poco a poco iba encontrando más información sobre la condición de su piel. "Cuando asistí a una conferencia sobre vitíligo, me contactó una agencia de modelos. Así que no solo soy una enfermera, ahora también soy modelo", comenta.
Actualmente, la joven ha conseguido superar el miedo y ahora se siente orgullosa. Le gusta posar frente a la cámara, ha trabajado con distintas revistas y marcas de ropa, y con sus logros pretende educar a la sociedad y mostrar que esta rara enfermedad no debe hacer la vida imposible. "Ahora quiero la piel en la que estoy y espero que más personas acepten el vitíligo", señala Heikeens.