La verdad detrás de la leyenda sobre las 500 toneladas de oro del rey Salomón

El autor británico del nuevo libro titulado 'Salomón, Faraón de Egipto' afirma que encontrar las minas perdidas de Salomón es "casi tan probable como darse un baño en la fuente de la juventud".

Según el Antiguo Testamento, Salomón, tercer y último monarca del reino unido de Israel, gobernó entre los años 970 y 931 a.C. y acumuló hasta 500 toneladasde oro puro que hoy valdrían más de 3.000 millones de dólares. Pues bien, un historiador y escritor británico, Ralph Ellis, afirma en un nuevo libro que Salomón no fue rey de Israel, sino un faraón egipcio y que su historia ha sido "malinterpretada", recoge el diario 'Mirror'. Tras 20 años investigando, Ellis tiene una mala noticia para quienes aún confían en encontrar el mítico tesoro: este nunca existió y es un "completo mito". 

El escritor, que ha publicado el libro 'Salomón, faraón de Egipto' ('Solomon, Pharaoh of Egypt'), asegura que encontrar las minas perdidas de Salomón es "casi tan probable como darse un baño en la fuente de la juventud", que supuestamente restaura la frescura a cualquiera que beba de sus aguas.

Unas riquezas más modestas

En su nuevo libro Ellis detalla que el relato de las grandiosas riquezas asombrosas ocultas bajo tierra es probablemente una "grave interpretación errónea" de los textos históricos. Con todo, admite que todavía hay un "grano de verdad histórica" en relación a los tesoros de Salomón, aunque desde luego fueron mucho más modestos de lo que se ha creído tradicionalmente.

Asimismo, en sus investigaciones, el autor bitánico afirma "firmemente" que Salomón no fue rey de Israel, sino más bien un temido y poderoso faraón egipcio. Ellis cree que los gobernantes vecinos saquearon las tumbas reales ubicadas en el Valle de los Reyes de Egipto y presentaron sus riquezas a Salomón como "tributo" para evitar que les invadiera.

Un faraón convertido en un héroe "puramente israelita"

Ellis va más allá y sugiere que los reyes Salomón y su padre David fueron de hecho los faraones Psusenes II y su sucesor Sheshonq I, que gobernaron a finales del siglo X a.C. El historiador mentiene que "existen paralelismos convincentes entre David, Salomón, Psusenes  y Sheshonq" y que "incluso los antepasados y miembros de la familia de estas dos dinastías reales parecen ser exactamente los mismos".

El especialista defiende que las narraciones de los faraones eran consideradas "desagradables e inaceptables" por los posteriores autores bíblicos, los cuales alteraron su historia para crear un héroe "puramente israelita". Ellis cree que si su teoría es cierta, entonces los tesoros de Salomón se pueden encontrar en el Museo Egipcio de El Cairo.

"Este no es el tipo de revelación que muchos arqueólogos israelíes querrán escuchar por razones políticas y culturales", admite. El experto británico advierte que "una vez que aceptamos que estos reyes 'israelitas' fueron en realidad faraones del Bajo Egipto todas las inconsistencias de los relatos bíblicos son fácilmente explicables".