Conocido por sus teorías sobre negociación y resolución de conflictos, el profesor de la Universidad de Harvard Roger D. Fisher propuso durante la Guerra Fría un original plan para evitar los ataques nucleares. Sin embargo, la respuesta que recibió de las autoridades del Pentágono no fue la que esperaba.
Aunque su iniciativa se refería a la tensión nuclear de la década de 1970 y comienzos de la de 1980, ahora ha sido recuperada debido a la escalada de amenazas entre EE.UU. y Corea del Norte.
Publicada en marzo de 1981 en el Boletín de los Científicos Atómicos, la idea involucraba de manera directa al presidente de su país con la "decisión acerca de una guerra nuclear", reseña Economía Digital.
"Imaginemos que hay un joven, probablemente un oficial, que acompaña al presidente. Con él va el famoso maletín que contiene los códigos necesarios para disparar las armas nucleares. Me imagino al presidente en una reunión con el alto mando considerando el ataque como una cuestión abstracta. Podría razonar así: 'Según el Plan 1 de Iniciativa Estratégica, la decisión es afirmativa. Comuniquen con Alfa en la línea XYZ, bla bla'. Esa jerga implica cierto distanciamiento", comenzaba Fisher su texto.
Roger Fisher made this suggestion in the March '81 issue of the Bulletin of the Atomic Scientists.https://t.co/B5QC8K1ekRpic.twitter.com/aQpmFHdMi9— IM🍑HIM (@ziyatong) 10 de octubre de 2016
De inmediato, anunciaba su "sugerencia", a la que definía como "muy simple": colocar el "código en cuestión en una pequeña cápsula e implantársela junto al corazón a un voluntario".
Esa persona, continuaba, debería llevar consigo "un gran cuchillo de carnicero" y tendría que ir "a todas partes con el presidente". Entonces, llegado el caso de que el jefe de la Casa Blanca "quisiera disparar lar armas nucleares, previamente tendría que matar, con sus propias manos, a un ser humano".
"George, lo siento, pero han de morir decenas de millones de personas", ejemplificaba el supuesto diálogo, a la vez que hacía hincapié en que el mandatario que quisiera desatar una guerra nuclear "tendría que mirar a alguien y darse cuenta de lo que significa la muerte" de un "inocente".
"Sangre sobre la alfombra de la Casa Blanca. Sería como llevarle la realidad a casa", concluía.
Esta idea llegó hasta los altos mandos del Pentágono, pero la respuesta que recibió estuvo lejos de ser positiva: "¡Santo cielo, eso sería algo terrible! Si el presidente tuviera que matar a alguien quizá se distorsionaría su buen juicio. Quizá nunca pulsaría el botón".
One of the most brilliant and chilling things ever written about nuclear war, by the late Roger Fisher. pic.twitter.com/zgvnM9a0vb— Steve Silberman (@stevesilberman) 9 de agosto de 2017