Los pasajeros que duermen durante el despegue o el aterrizaje de un avión corren el riesgo de sufrir un daño en los oídos, informa 'The Independent'.
Cuando cambia bruscamente la altitud, a muchos se les taponan los oídos debido a que la presión dentro de los mismos es diferente de la exterior. Normalmente, esta sensación se resuelve al tragar o bostezar, abriendo la trompa de Eustaquio, una estructura estrecha que comunica el oído con la parte de atrás de la nariz.
Pero si un pasajero permanece dormido, no puede compensar la diferencia de presión, por lo que la trompa de Eustaquio puede obstruirse provocando un barotrauma, según el sitio web de los Institutos Nacionales de la Salud (EE.UU.)
Los médicos señalan que en casos serios cuando la trompa de Eustaquio se queda bloqueada durante mucho tiempo, se desarrolla una infección que causa la formación de líquido detrás del tímpano, problemas de oído y dolores.
Por lo tanto, los investigadores recomiendan a los pasajeros que se mantengan despiertos durante los despegues y aterrizajes para evitar la aparición de síntomas alarmantes.