En todo el mundo, son muchas las personas que se dedican actualmente a perfeccionar su aspecto físico mediante el fisicoculturismo. Pierden peso, desarrollan músculos y comparten sus logros a través de las redes sociales con sus seguidores.
La mayoría de estos aficionados son adultos, que por sí mismos han decidido llevar este estilo de vida, asumiendo toda la responsabilidad de las consecuencias de sus esfuerzos en la sala de deportes.
No obstante, algunos físicoculturistas atraen a estas actividades a sus hijos. Este es el caso del niño rumano Giuliano Stroe, quien acaba de cumplir los 13 años, pero se hizo ya famoso cuando tenía sólo cuatro.
Su padre, Iulian, lo animó a entrenar desde pequeño y Giuliano mostró unos resultados asombrosos, por lo que pronto se dio a conocer en internet como 'el niño más fuerte del mundo'.
El pequeño deportista se hizo una estrella cuando, en 2009, una cadena de televisión italiana evidenció cómo el niño batió el récord Guiness al recorrer 10 metros con un balón medicinal entre las piernas.
Pronto Giuliano batió un nuevo récord mundial: hizo 20 flexiones de suelo con las piernas levantadas en 90 grados.
Bajo la supervisión de su padre -quien también está trabajando su cuerpo-, se entrena igualmente el hermano pequeño de Giuliano.
Pero el hermano mayor tiene muchos más seguidores en sus cuentas de redes sociales: entre Facebook, Instargam y Youtube, son cerca de cuatro millones.
Y aunque Giuliano aparenta estar sano, varios expertos indican que este ritmo de entrenamiento no puede ser beneficioso para la salud de un niño.
La polémica surgió inmediatamente después de la primera aparición pública del pequeño deportista y sigue hasta el día de hoy, ya que Giuliano sigue compartiendo con regularidad las trasmisiones de sus entrenamientos en directo y con fotos de su físico.
Así, en una reciente entrevista con el portal español Cuatro, Silvia Treviño, especialista en medicina deportiva del Grupo Geseme, manifestó una opinión tajante: "Si la carga física se hace excesiva para la edad biológica del niño, el entrenamiento pierde el efecto beneficioso sobre el esqueleto y se convierte en traumatizante, alterando el crecimiento normal".
Al analizar el estilo de entrenamiento de Giuliano, la experta indicó que "el principio básico de un entrenamiento de fuerza es la mejora de la fotaleza muscular, la función y el control, y no como en este caso, en el que parece que se prioriza el aumento desmesurado del tamaño del músculo".
"No se recomienda por tanto este tipo de entrenamiento, que altera el crecimiento y aísla al niño y al adolescente del mundo social, provocando graves problemas en el desarrollo muscular y óseo", concluyó la especialista.