FOTOS: Reportan una invasión de 'serpientes marinas mutantes' en el Extremo Oriente ruso

Unos extraños cuerpos de varios metros de largo fueron arrojados por las olas hacia las costas del mar de Chukotka y causaron confusión entre los lugareños.

Una serie de enormes objetos con forma de serpiente arrojados por el mar tras fuertes tormentas a las costas de la península de Chukotka, ubicada en el extremo noreste de Rusia, ha sido reportada por los habitantes locales. Este fenómeno fue investigado por especialistas del Parque Nacional Beringia.

Estas misteriosas "cabezas y cuerpos" de tono marrón oscuro también fueron avistadas entre las olas por varias tripulaciones de buques cargueros que navegaban por el mar de Bering.

Estos hallazgos han dado pie a numerosas especulaciones. Para algunos lugareños, se trata de alguna especie desconocida de animal acuático, posiblemente un tipo de lombriz gigante o de serpiente marina. En la opinión de otros, el origen de estos objetos es antropogénico. Hubo quienes incluso consideraron la posibilidad de estar frente a organismos mutantes.

Sin embargo, muy pocos se percataron de que lo que trajo en realidad el mar fueron algas pardas de la especie Nereocystis luetkeana, que viven frente a las costa del Pacífico de EE.UU. a profundidades de hasta 20 metros. Sus tallos, cuya forma se ensancha desde la base hacia arriba, pueden alcanzar los 25 metros de largo. En el extremo superior se ubica la 'cabeza', una burbuja de hasta 20 centímetros de diámetro.

Estas enormes algas, que apenas viven un año, comienzan a crecer en los meses de febrero y marzo, se reproducen en noviembre y en el mes siguiente se desprenden de lecho del mar. Luego, la parte superior del tallo junto con la 'cabeza' es llevada por la corriente oceánica y frecuentemente es arrojada en las costas de las islas aleutianas o del Comandante, y en ocasiones alcanza incluso las islas Kuriles, de soberanía japonesa y rusa.

Los bosques de algas de esta especie a veces crecen de manera tan densa que pueden llegar incluso a dificultar la navegación de pequeñas embarcaciones, cuentan los especialistas de Parque Nacional Beringia.