Lori Jones, tendera de un local de la ciudad de Fort Collins (Colorado, EE.UU.), atendió en un día de este mes de diciembre a unos peculiares clientes. Se presentaron en su comercio, de nombre Horsetooth Store, sobre cuatro patas.
La primera en aparecer en la tienda fue una cierva que recorrió el interior del comercio revisando el surtido como cualquier otro cliente. Sin prestar atención a la dependienta, el mamífero reparó en las gafas de sol, el helado y las patatas fritas.
Para deshacerse de la peculiar clienta, Jones decidió darle una barrita de cacahuetes. La estrategia surtió efecto: el animal abandonó el establecimiento y, además, aparentemente contento con el 'regalo de bienvenida'.
Sin embargo, al cabo de una media hora la cierva estaba ya de vuelta. Y demostró ser más insistente de lo que pensaba la tendera. La madre regresó con sus tres retoños a por más agasajos.
"Me miró como si me preguntara: '¿pueden mis hijos también tener un poco?'", relató Jones al periódico New York Daily News. Al final, toda la familia se marchó de la tienda con el objetivo cumplido: otra barrita de cacahuetes.
Pese a haberle alegrado el día a los ciervos hambrientos, Jones lamentó haberles dado las chucherías, ya que sabe que los animales tienden a volver y que, además, no son sanas para ellas.