Baba Vanga, la mística vidente ciega de origen búlgaro, que según muchos simpatizantes de las teorías de conspiración predijo el 11-S, el ascenso del grupo terrorista el Estado Islámico, el Brexit y otros eventos globales y desastres naturales, también realizó predicciones de dos eventos de suma importancia para el año que acaba de empezar, informa el rotativo británico The Sun.
La denominada 'Nostradamus de los Balcanes', que murió en 1996 a la edad de 85 años, dejó un legado de predicciones hasta el siglo LI, cuando creía que el mundo terminaría.
En lo que se refiere al año 2018, la primera predicción de Vanga dice que China se convertirá en la próxima superpotencia del mundo, apartando de este rol a EE.UU.
¿Podría esta predicción cumplirse?
En lo que se refiere a la ascensión del gigante asiático, puede que la ciega vidente tuviera razón, ya que la economía china se ha estado expandiendo constantemente en los últimos años.
Por ejemplo, en 1970, China representaba solo el 4,1% de la economía mundial, pero en 2015 ya ascendió al 14,8% y este porcentaje sigue aumentando día a día. Por el momento no ha superado a EE.UU., pero podría faltar poco para hacerlo.
Según los datos del Banco Mundial, en 2016 la economía china resultó ser la más rápida en crecer: aumentó un 6,7%. Durante el mismo período, la economía de EE.UU. creció solo un 1,6%. Por este motivo, la institución financiera cree que en el futuro, EE.UU. caerá del primer lugar.
Por otra parte, según el pronóstico de PWC, una de las firmas de consultoría más grandes del mundo, China sí ocupará el primer lugar como la economía más grande del mundo, solo que esto pasará no en el 2018, sino para el año 2050.
El segundo lugar del ranking de PWC lo ocupa India, mientras que EE.UU. está en el tercer puesto.
Segunda predicción
Otra de las presuntas profecías de esta vidente búlgara señala que la humanidad descubrirá una nueva forma de energía en Venus.
Con respecto a esta profecía, Paul Byrne, geólogo planetario de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EE.UU.) quien estudia la superficie de Venus, aseguró que la superficie de Venus es muy difícil para explorar, puesto que las nubes de dióxido de carbono de su atmósfera bloquean la mayoría de las herramientas estándar.
Por este motivo, la humanidad no sabe mucho sobre la superficie de Venus ni tampoco sobre qué formas de energía podría albergar. Para entender qué es lo que sucede en su superficie habría que examinar una muestra en laboratorios terrestres, sin embargo, eso no va a suceder en los próximos tiempos, aseguró el científico.