Un final de tragedia. Murron McDermid, una chica británica de 19 años, dedicó los últimos momentos de su vida a decirle a su novio lo mucho que le quería. No sabía que la muerte le aguardaba en plena conversación telefónica. Cayó desde el último piso de un edificio de aparcamientos de nueve plantas en Gloucester (Reino Unido), recoge The Sun.
El pasado 11 de agosto McDermid volvía con su familia a casa después de disfrutar de las vacaciones. Junto a su novio y amigos, fueron directamente a un bar de la ciudad inglesa a celebrar su regreso. Tras pasar por casa a dejar una maleta del viaje que portaba la joven, los empleados del bar les prohibieron la entrada porque McDermid se encontraba en estado de embriaguez. Sus amigos intentaron convencerla de que se esperara cerca del local pero la muchacha se dirigió a un destino desconocido.
Entonces su novio la llamó por teléfono para tratar de encontrarla. Lo último que oyó de sus labios es que lo quería mucho. Lo siguiente fue un grito. Y el final. A los pocos minutos, el joven halló su cuerpo sin vida en el suelo. Había caído desde lo alto de un edificio de aparcamientos de nueve plantas. Llamó a la ambulancia, pero la chica ya había perdido la vida.
Un médico forense declaró que el accidente fue provocado por la intoxicación etílica. "Ella tenía elevados niveles de alcohol en el torrente sanguíneo y este hecho la dañó severamente", añade el especialista, que dejó claro que Murron no se suicidó.