Representantes del partido ecologista Ecolo de la ciudad belga de Mons propusieron utilizar los restos de los fallecidos para elaborar compost, informan medios del país.
Los autores de la iniciativa citan los resultados de una investigación según la cual un año después de la muerte el cuerpo humano se convierte en un compost fértil y ecológico que no genera contaminación y no tiene ningún coste. Argumentan que ese compost podría servir perfectamente para crear un parque en la ciudad.
Además, los mismos restos pueden ser utilizados para cultivar árboles y plantas en memoria del difunto. Los políticos ecologistas quieren que Mons se convierta en la primera ciudad en aplicar dicho método. Se espera que las autoridades locales discutan este asunto en un futuro cercano.