Uno de los sitios estratégicos más importantes en Europa para el Ejército de EE.UU. permanece bajo el asedio y amenaza de un enemigo inesperado: un rebaño de ovejas, informa AFP.
En la base de Deveselu, al sur de Rumania, está instalado un radar del sistema global de defensa antimisiles estadounidense Aegis Ashore. Contra todo pronóstico, su potente tecnología se ve interferida por una granja de ovejas cuyas instalaciones se encuentran a pocos metros, lo que ha desencadenado una inusual lucha de poder entre los oficiales norteamericanos y el propietario de la finca.
Las ovejas, que pastan a lo largo del perímetro de la base, activan sus sensores de seguridad y alarmas, por lo que desde 2014 los comandantes norteamericanos han pedido al Ministerio de Defensa rumano que desaloje la granja.
"Tener un refugio para ovejas a unos 10 metros de las cercas de la base socava los requisitos mínimos de seguridad y es incompatible con el normal funcionamiento de los equipos militares", argumentan los responsables de la base.
La queja se ha convertido en una batalla legal de más de tres años entre el Ministerio de Defensa rumano y el granjero, de 61 años, quien ha llevado el caso a los tribunales más altos del país. El agricultor, que compró en 2007 casi una hectárea de tierras adyacentes al área que más tarde sería ocupada por la base, dice estar dispuesto a trasladar su corral a otro lugar, pero exige una compensación de 18.000 euros (unos 22.000 dólares).