Un avión de la aerolínea Norwegian debió realizar un aterrizaje de emergencia el pasado sábado poco después de despegar de Oslo, debido a un problema con sus inodoros. El vuelo DY1156 se dirigía a Múnich (Alemania) desde la capital noruega e, irónicamente, en él viajaban 84 fontaneros.
Se trataba de trabajadores de la compañía de fontanería Rorkjop, cuyo director, Frank Olsen, afirmó que les hubiera gustado arreglar los baños, pero desafortunadamente la reparación tenía que hacerse desde el exterior. "No nos arriesgamos a enviar un plomero afuera a 10.000 metros de altura", bromeó Olsen a Dagbladet.