La primera vez que Darren Ferne, de 38 años, le propuso matrimonio a Nichola fue a las cinco semanas de conocerla en línea en septiembre del 2014, pero entonces la mujer "enamorada, pero asombrada" rechazó su propuesta. Pero cuando Darren lo intentó por la segunda vez, en el Día de San Valentín, ella decidió convertirse en la esposa del "hombre perfecto".
Esta pareja británica planeó su boda durante 17 meses, les ayudaron los tres hijos de la novia, según relató Nichola al diario The Sun en una reciente entrevista. A la ceremonia, que les había salido por 17.000 dólares, estaban invitadas 80 personas. El día antes de la boda, Nichola y Darren ensayaron la celebración y todo salió a la perfección.
El día de la boda
La mujer encargó su maquillaje en un salón local, pero el proceso tardó más de lo previsto. Para colmo, la novia no se reconoció al verse al espejo, por lo que corrió a su casa para lavarse la cara y ponerse guapa por su cuenta.
Al llegar encontró que sus padres decidieron quedarse en casa y no habían llevado a los hijos menores de Nichola a la iglesia, ya que de repente no aprobaban el matrimonio. Además, la novia recibió un mensaje de texto de su dama de honor en el que informaba no podía ir a la ceremonia porque sus hijos estaban enfermos.
Nichola llamó a Darren entre lágrimas, y este la apresuro al decirle que los invitados ya estaba en la iglesia, y la mujer se puso aún más nerviosa. Se quitó el vestido, con la intención de ponérselo en la iglesia, pero luego se dio cuenta de que el coche de bodas 'vintage' que la esperaba no tenía cinturones de seguridad para los niños.
Metió a los pequeños en su Ford Focus y cuando una hora más tarde del inicio de la ceremonia llegó a la iglesia, recordó que el vestido de su hija menor, 'la niña de flores', se quedó en casa. Volvió a por él y se dirigió directamente al mostrador de inscripción de matrimonios, donde la esperaba su novio airado.
Cuando el DJ contratado les pidió una tarifa extra por esperar tanto, fue la gota que colmó el vaso y Darren simplemente se fue sin registrar el matrimonio. La novia le llamó y pidió que fuera a su 'suite' de recién casados para hablar. "Él vino pero estaba callado y distante. Finalmente se durmió y yo pasé la noche llorando", contó la mujer.
"Estuvimos juntos un tiempo después de eso, pero ambos estábamos decepcionados. Nos separamos, pero todavía espero que vuelva conmigo algún día", dijo la mujer al admitir su culpa en lo que sucedió.