La diseñadora de moda británica Debbie Wingham mostró el pasado domingo en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) su última creación: una tarta de boda que imita la forma de una novia árabe y está decorada con diamantes y perlas.
'La novia' es comestible de la cabeza a los pies, mide unos 180 centímetros y pesa un total de 120 kilos. Su vestido cuenta con 5.000 flores, también comestibles, hechas a mano.
Para preparar la tarta, Wingham utilizó un total de 1.000 huevos y 20 kilos de chocolate y tardó 10 días en decorar su obra de arte, cuyo valor se estima en más de un millón de dólares.