Un sacerdote revela frente a las cámaras el 'verdadero' origen de la Luz Sagrada
Un sacerdote que representa al Patriarcado armenio en Jerusalén (Israel) generó una enardecida polémica frente a las cámaras de televisión con otro religioso perteneciente a la Iglesia ortodoxa copta al negar el origen milagroso de la Luz Sagrada, una parte importante de las celebraciones anuales de la Pascua para los cristianos ortodoxos, informa el portal Israelinfo.
El altercado se produjo durante un reportaje para el noticiero de la televisión israelí Hadashot 2, cuando Samuel Agoyán, el representante de la Iglesia apostólica armenia, afirmó que el famoso fuego pascual no desciende de los cielos, sino que los patriarcas presentes en la cámara del Santo Sepulcro encienden sus velas de una lámpara colgante.
"Dios realiza milagros, pero no para la diversión de la gente", argumentó Agoyán.
Al escuchar estas palabras, el sacerdote copto, también presente durante la grabación, reaccionó con una fuerte protesta y exclamó: "¡Apaguen la cámara, ese hombre miente!". A su vez, Agoyán aseveró que, a diferencia de los religiosos armenios, los coptos no se encuentran presentes durante el momento de ignición de la Luz Sagrada.
Sin embargo, el sacerdote copto insistió en el origen divino del fuego pascual que, según la tradición cristiana oriental, desciende sobre el Santo Sepulcro cada víspera de la Pascua Ortodoxa.
A su vez, desde la Iglesia ortodoxa rusa rechazaron la supuesta revelación de Agoyán y calificaron sus palabras de "incorrectas e innecesarias". El descenso de la Luz Sagrada es un acontecimiento religioso extremadamente importante para los creyentes, por lo cual ese tipo de declaraciones públicas llenas de escepticismo "pueden confundir a millones de fieles", expresó Alexánder Vólkov, el portavoz de Kiril, el patriarca de la Iglesia rusa, según recoge la agencia RIA.
- De acuerdo con la creencia, el fuego enciende de manera milagrosa las velas que sostiene en sus manos el patriarca de la Iglesia ortodoxa de Grecia, quien luego sale de la cámara sepulcral y comparte la Luz Sagrada con los miles de feligreses reunidos para la ocasión.
- Numerosos peregrinos que participaron en la ceremomia relatan que durante los primeros instantes tras prenderse, el fuego no quema la piel ni el cabello.
- Desde 1106, este rito es considerado como el único milagro anual bien documentado.