El doctor Mandeep R. Mehra, del Departamento de Medicina Cardiovascular del Brigham and Women’s Hospital de Boston, Massachusetts (EE.UU), ha examinado con ojo clínico a La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo da Vinci, y le ha diagnosticado a la mujer retratada, Lisa Gherardini, una enfermedad hormonal, informa EurekAlert.
"El enigma de la Mona Lisa puede resolverse mediante un simple diagnóstico médico de una enfermedad relacionada con el hipotiroidismo. En muchos sentidos, es el atractivo de las imperfecciones que provoca la enfermedad lo que le da a esta obra maestra su misteriosa realidad y encanto", dice Mehra.
Según las observaciones del experto, la mujer retratada tenía la cara y las manos inflamadas, piel amarillenta, pelo endeble, despoblamiento del vello de las cejas y la glándula tiroides más grande de lo normal. El diagnóstico sugiere que estos síntomas indican que la Mona Lisa padecía una enfermedad de deficiencia de la hormona tiroidea.
Mandeep afirma que ello podría explicar la misteriosa sonrisa de la Mona Lisa, que pudo deberse al trastorno facial del nervio, la así llamada parálisis de Bell, que causa debilidad de los músculos de la cara.
Si Mandeep tiene razón y Lisa verdaderamente sufría de hipotiroidismo, entonces presentaba hipotensión, era lenta y apática, tenía una voz grosera, se cansaba rápidamente, a menudo sentía frío y padecía de estreñimiento. A ello se uniría la tendencia a la obesidad.
Cabe señalar que, según las crónicas históricas, la dieta de los italianos durante el Renacimiento carecía de yodo, por lo que el hipotiroidismo debió ser bastante común en la Italia del siglo XVI.