Las autoridades de Carolina del Norte (EE.UU.) iniciaron una investigación después de que un perro fuera sacrificado por error el pasado sábado en un albergue para animales, informan medios locales.
Blaze, un cachorro de 16 meses de raza pastor ganadero australiano, fue enviado al refugio de animales en cuarentena tras morder a un niño. Joey Varker, el propietario del animal, afirma que ellos no querían hacerlo, pero los obligaron porque Blaze no tenía registros de vacunación.
Cuando el martes la dueña fue al albergue para visitar a su mascota, los empleados no pudieron encontrarlo. Entonces se enteraron de que Blaze había sido confundido con otro can y lo mataron.
Se cree que el error tuvo lugar debido a una confusión en los papeles. El perro supuestamente fue sacrificado "debido a la gran cantidad de animales que llegan y a la limitada cantidad de personal, especialmente los fines de semana", afirmó Casey Smith, asistente del jefe del condado de Davidson, donde tuvo lugar el incidente.
Smith prometió que los restos de la mascota serían cremados y sus cenizas devueltas a la familia en una "urna bonita", pero a los dueños esto no les consoló. "Ahora mi hijo de 8 años llora hasta quedarse dormido por las noches debido a este error", relató Joey Varker.
Además, contó que les ofrecieron una compensación de 300 dólares y otro perro, propuesta que se tomaron como un insulto, ya que es imposible "poner precio a un miembro de la familia".