Un matrimonio de EE.UU. buscó desesperadamente durante 57 días a su perra Katie, una border collie de 7 años, que se había perdido mientras la familia estaba de vacaciones en los alrededores del parque nacional de los Glaciares, en el estado de Montana (EE.UU.).
Según el relato que Carole y Verne King compartieron con The New York Times, un día regresaron al hotel y se dieron cuenta de que su adorada mascota había desaparecido. La pareja creyó que Katie pudo haber abierto la puerta, asustada por la tormenta que aquel día azotaba la zona. El recepcionista del hotel les confirmó sus temores: había visto a un perro corriendo por la puerta de entrada.
Los King ni siquiera sabían por dónde empezar a buscar: el hotel se encontraba en la pequeña localidad de Kalispell, en una zona remota rodeada de bosques y de campos. Sin embargo, eso no afectó a su determinación y la pareja emprendió una larga búsqueda que se prolongó por espacio de 57 días, en el transcurso de los cuales Carole, incluso decidió dejar su trabajo como cartera.
"¿No tendrá frío? ¿Logró encontrar algo para comer este día? Eso nos desgarraba", recuerda la mujer.
Después de dos semanas de búsqueda sin éxito, el matrimonio decidió tomar medidas más extremas: compraron gafas de visión nocturnaycámaras de rastreo de animales que se activan y graban automáticamente cuando sienten movimiento. Asimismo, la pareja colocó por la zona sus camisetas sudadas, estiércol de caballo traído de una granja ubicada en otro estado y cebos con la comida favorita de Katie, con esperanza de que su olor la atraerá.
Final feliz
Después de mes y medio, Katie seguía sin dar señales de vida, pero tampoco hallaron ninguna evidencia de que pudiera estar muerta. Carole empezó a perder la fe en que la encontrarían, pero su marido y los nuevos amigos que habían hecho en la ciudad, que también participaban en las partidas de búsqueda, la convencieron para permanecer allí una semana más.
Finalmente, el 15 de septiembre, la pareja recibió un aviso de alguien que creía haber visto a Katie en su patio trasero, cerca del hotel. Los King se apresuraron a revisar el lugar, pero cuando llegaron, el animal ya se había ido. Carole y Verne decidieron examinar con binoculares los campos cercanos, donde finalmente encontraron a su mascota.
"Estaba llorando, la sostenía y la envolví con un abrazo de oso", recuerda Carole. La perra estaba deshidratada y había perdido cinco kilos. Sin más dilación, sus dueños la llevaron a un veterinario, donde recibió el tratamiento necesario. Se espera que muy pronto se recupere por completo.
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