El F.C. Barcelona se impuso este miércoles ante el Slavia de Praga checo por 1 a 2 en la fase de grupos de la Liga de Campeones de la UEFA, en un partido que despertó críticas y muchas dudas sobre el rendimiento del club español. Y es que el propio Lionel Messi demostró cierto malestar ante la falta de claridad y efectividad de su equipo, que tuvo que reinventarse en el segundo tiempo ante un rival que por poco los sorprende.
Tras el empate al minuto 50 de juego, el astro argentino —responsable de abrir el marcador a los tres minutos— no pudo evitar esconder su insatisfacción por el resultado.
Mientras los checos aún celebraban su gol, Messi miró durante varios segundos hacia donde se encontraba su entrenador, Ernesto Valverde, en lo que medios españoles denominaron como una actitud "desafiante". Mientras tanto, el técnico permaneció callado y evitó hacer contacto visual con el delantero.
Es difícil adivinar qué pasaba en ese momento por la cabeza de Messi. Su actitud pudo ser un reflejo del descontento de la hinchada azulgrana, que mantiene a Valverde en el ojo de la crítica, o simplemente estaba a la espera de una instrucción o un consejo técnico que despertara al equipo.
De cualquier manera, el Barcelona salió finalmente victorioso y es líder en solitario en el grupo F con siete puntos de nueve posibles.
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