La Mansión McKamey, con sedes en Summertown (Tennessee) y Huntsville (Alabama), se presenta como "la primera y única" atracción extrema que promete llevar a los visitantes hasta su "límite personal" de resistencia física y mental.
Días antes de Halloween, una petición aparecida en la plataforma Change.org exige a las autoridades de estos dos estados estadounidenses cerrar el establecimiento. En poco tiempo, la iniciativa ha reunido más de 79.000 firmas.
La autora de la petición, Frankie Towery, afirma que la atracción "no es ninguna casa embrujada", sino "una cámara de tortura disfrazada" donde literalmente secuestran a la gente y, según los rumores, se continúa atormentando a los visitantes aunque estos repitan durante varios minutos seguidos la palabra clave acordada para poner fin al recorrido.
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"Hacen evaluaciones para dar con las personas más débiles, las más fácilmente manipulables", sostiene Towery, agregando que no se permite acceder a la mansión a aquellos que crean que no son manejables.
Extensa lista de requisitos
Los que se atreven a cruzar el umbral de la atracción creada por Russ McKamey tienen que cumplir una extensa lista de reglas y requisitos. Los principales son:
- tener al menos 21 años (los que tengan entre 18 y 20 años deben contar con un permiso parental),
- el día de la visita deben pasar un test de drogas,
- mostrar una confirmación del médico de que están sanos física y mentalmente,
- superar un control de antecedentes.
Además, es obligatorio firmar un documento de 40 páginas por el que se exime de toda responsabilidad a los organizadores e inventar una palabra clave para pronunciar en caso de que se decida poner fin a la aterradora experiencia.
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Participar en el reto cuesta solo una bolsa de comida para perros: McKamey afirma que no quiere hacerse rico con su mansión pero tiene mascotas a las que alimentar. El propietario incluso promete un premio de 20.000 dólares a cualquiera que aguante el 'tour' completo, llamado 'Desolación', que puede durar hasta 10 horas. Ni una sola persona ha conseguido llevarse el dinero.
Al borde de lo legal
La petición llama la atención sobre el hecho de que los visitantes no pagan la entrada con dinero y esto técnicamente es una laguna legal, ya que así se presupone que "lo hacen por diversión".
"No es divertido cuando después de unos 10 minutos te envuelven la cabeza con cinta adhesiva, te obligan a comer cosas, te practican un ahogamiento simulado y te meten a la fuerza bajo el agua", argumenta Towery.
"Un hombre fue torturado hasta tal punto que se desmayó varias veces, los empleados solo pararon porque pensaban que lo habían matado", afirma la promotora de la iniciativa, que relata asimismo reportes de que el dueño de la mansión contrata a personas con un pasado turbio, antecedentes de violencia y abusos sexuales, así como "usa jeringuillas para inyectar drogas a la gente, fuerza a ingerir píldoras u objetos cuestionables para provocar también alucinaciones".
"Algunas personas tienen que buscar ayuda psiquiátrica profesional y asistencia médica por las profundas heridas", indica el texto de la petición, en el cual se adjunta un enlace a una publicación en el foro Reddit al respecto.
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El dueño de la finca, por su parte, asegura tener una lista de espera de más de 27.000 voluntarios para entrar en la mansión. Afirma dominar la hipnosis y conocer "muchas técnicas de control de la mente". La petición lanzada contra su "experiencia interactiva" le hace gracia, ya que está convencido de que no está haciendo nada ilegal.
McKamey hace grabaciones de cada 'tour' y luego publica los videos en su canal en YouTube para protegerse en el juzgado en caso de que alguien lo denuncie, según explica. "Les sorprenderá saber cuánta gente ha afirmado a lo largo de los años que les pasó algo dentro", comentó a Fox 8.
"Dirijo esta loca casa encantada que, según piensa la gente, es una fábrica de tortura y fetichismo. No es nada de eso, pero la gente se lo cree en base a las grabaciones que he hecho", agregó.
El fiscal del distrito Brent Cooper comentó a Fox que, técnicamente, la tortura consentida entre dos adultos es legal, pero dice que McKamey y su equipo están caminando sobre una fina línea, ya que cualquier persona puede revocar su consentimiento en cualquier momento.
Las autoridades locales están al tanto de la polémica y han recibido numerosos reportes. "Uno era de un vecino que vio cómo arrastraban a una mujer detrás de un vehículo y luego hubo otro reporte sobre los gritos. Una persona vio cómo ponían a una mujer en un vehículo en contra de su voluntad", comentó a Fox el fiscal Cooper.
Uno de los vecinos de McKamey relató a Fox 59 que "la gente sale gritando" de la atracción y sostuvo que esta "no es una casa embrujada". "Una casa embrujada va de fantasmas, duendes y cosas así. Eso no es lo que hay ahí; es solo una cosa de tortura", señaló.