Internautas exigen libertad para el gato Quilty, 'confinado en aislamiento' por dejar escapar a sus compañeros de refugio

Al tiempo que los humanos vivimos en un mundo convulso, la justicia no deja de esgrimir gran severidad ante los animales. En las redes sociales está cobrando popularidad la etiqueta #FreeQuilty (liberad para Quilty), que pide liberar a un gato 'detenido' en un refugio estadounidense tras ser 'condenado' por saber abrir la puerta y dejar escapar a otros felinos.

Después que el ingenioso gato liberó a más de una decena de compañeros en tres ocasiones, los encargados del refugio Friends For Life (Houston, Texas) decidieron condenarlo a un 'confinamiento solitario' en una habitación separada. La historia de Quilty fue compartida a fines de octubre por la misma organización que lo ofrece en adopción.

"A Quilty le encanta dejar salir a los gatos" de su habitación "varias veces al día", rezaba una publicación de esa organización, colgada en Facebook el pasado 29 de octubre. El post muy pronto se viralizó y convirtió al animal en una 'figura pública'.

Ahora, a través del 'hashtag' #FreeQuilty, los internautas aspiran a encender la compasión y piedad de quienes lo encerraron. Los comentaristas declararon"inconstitucional" el aislamiento del gato, al que calificaron de "preso político", alegando que su pena es injusta y que "debe ser puesto en libertad de inmediato".

La etiqueta sigue cobrando fama, a pesar de que Quilty ya regresó con sus compañeros y disfruta ahora de la atención de gentes de todo el mundo. Según la página de Quilty, en el sitio de Friends For Life, el refugio ha recibido muchas ofertas de voluntarios para alojarlo temporalmente en sus viviendas. El ícono 'Reservado' no desaparece de su perfil.

Los emprendedores del refugio también aprovecharon la oportunidad para poner a la venta recuerdos temáticos —camisas y camisetas con la cara de Quilty y la viralizada etiqueta estampadas—, y hasta crearon una página de Instagram donde se publican actualizaciones sobre la vida del felino.

Quizá alguno de sus fanáticos se convierta finalmente en su dueño, pero por el momento Quilty sigue pasando las noches en las casas de voluntarios.

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