El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, protagonizó una jugada polémica al interceptar un balón en el encuentro de fútbol que su equipo disputó en el estadio El Sadar del Club Atlético Osasuna (Navarra, España) por la 23.ª fecha de la Liga española.
Corría el minuto 20 cuando ese defensor madridista desvió la pelota y propinó un plantillazo en el pie de apoyo al centrocampista local Rubén García, una entrada que dejó a su rival dolorido sobre el césped y el árbitro, Gil Manzano, ni siquiera sancionó.
Esta acción con los tapones de punta indignó a los hinchas osasunistas, debido a que al principio de la temporada se informó que la tecnología del árbritro asistente de video (VAR) prestaría especial atención a las infracciones que comportaran un riesgo claro de lesión.
Como García no se incorporaba, Gil Manzano detuvo el encuentro para esperar a que se recuperara y en ese tiempo el responsable del VAR, el colegiado Cordero Vega, tampoco estimó punible la conducta de defensa visitante.
La acción, que se produjo cuando Osasuna vencía 1-0, cobró especial relevancia en el minuto 38, cuando Sergio Ramos anotó el 1-2 y culminó la remontada del Real Madrid, que finalmente ganó el encuentro 1-4.
Este jugador señaló el nombre y el número de su camiseta tras anotar y ese gesto irritó a algunos de los presentes, quienes corearon "Ramos, muérete" y le arrojaron diversos objetos, detalla el diario Marca.
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