Dos profesores estadounidenses que trabajan en Corea del Sur rescataron a varios cachorros de perro y a su madre de una zona de obras en la isla de Jeju.
Cuando los vecinos les dijeron que muy cerca de allí una camada de perros vivía con su madre bajo una pila de troncos en un solar de demolición, los profesores John y Karlee se desplazaron hasta el lugar. Allí encontraron solo los cinco cachorros, a los que metieron en una jaula para llevarlos a un refugio. Al día siguiente volvieron para ver si aparecía la madre, y lo consiguieron dejando la jaula con los cachorros en medio del solar. Sin embargo, cuando intentaron capturarla, la perra se mostró arisca y no les dejaba ni que se le acercaran.
Durante una semana los norteamericanos intentaron ganarse la confianza de la perra con la ayuda de golosinas, pero no tuvieron éxito. Entonces cambiaron de táctica y decidieron colocar la jaula con los cachorros en el remolque de una camioneta para llevarlos al refugio, situado a varios kilómetros.
Con alegría constataron que al poner el vehículo en marcha la perra los seguía, y durante todo el trayecto corrió al lado de la camioneta que transportaba a sus cachorros. Desde un vehículo que seguía a la camioneta se filmó toda la odisea.
Los perros llegaron a su destino, donde se acostumbraron rápidamente a su nuevo entorno seguro y al cabo de poco tiempo fueron enviados a Nueva York mediante la organización Korean K9 Rescue, que lucha contra el comercio y consumo de carne de perro en Corea del Sur.
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