En los tiempos de la cuarentena el coronavirus todos sentimos la falta de comunicación, tanto los humanos como los animales. En este contexto, un delfín encontró una peculiar manera de relacionarse con la gente que visita el Barnacles Dolphin Centre, situado en la ciudad Tin Can Bay, en la costa este de Australia.
Cada día, el animal, llamado Mystique, llega a hasta el lugar con regalos encontrados en el fondo marino, que cambia por una sonrisa o por comida. Así, los empleados y visitantes del centro ya juntaron una impresionante colección de corales, piedras, conchas o botellas encontrados por el emprendedor delfín.
Una de las voluntarias del centro, Lyn McPherson, contó a ABC News que Mystique aprendió a hacerlo solo, sin ningún entrenamiento, aunque los empleados estimulan sus esfuerzos dándole pescado. Pero más que la comida, parece que lo que busca es comunicación.
El Barnacles Dolphin Centre es al mismo tiempo una cafetería para los humanos y un centro de cuidado de delfines, donde los turistas pueden pueden participar en el proceso de alimentación de estos mamíferos si llegan temprano y compran unos pescados especiales.
Mystique y otros 6 delfines de la zona están acostumbrados a recibir comida y a comunicarse con la gente, pero cuando el centro tuvo que cerrar por culpa de la pandemia de covid-19, los animales empezaron a echar de menos el contacto con los humanos. Fue en ese momento cuando los regalos de Mystique se volvieron más frecuentes, cuentan los empleados.
El centro fue reabierto el 16 de mayo y recibe hasta 200 visitantes al día, así que ahora Mystique no tendrá tiempo para estar triste.