Un adolescente de 16 años fue atacado por un tiburón en una playa de Carolina del Norte (EE.UU.) y su padre logró salvarlo peleando a brazo partido con el animal. El suceso tuvo lugar la semana pasada y aunque el joven quedó herido, sus lesiones no revisten gravedad, informan medios locales.
Nick Arthur y su hermana estaban en el agua a unos 8 metros de la orilla saltando en las olas cuando el muchacho empezó a gritar. "Intenté levantar mi pierna sobre el agua y vi, Dios mío, que un tiburón de un metro y medio estaba pegado a ella", contó Nick. Había mucha sangre y arena revuelta, por lo que el joven no podía ver bien lo que estaba pasando.
La hermana logró volver a salvo a la orilla y pedir ayuda a su padre, que se arrojó al agua para rescatar a su hijo. Entre los dos se pusieron a golpear al escualo, pero el animal solo soltó la pierna cuando el padre le dio un golpe en la nariz, después de lo cual ambos pudieron finalmente escapar.
Nick sufrió hasta 40 heridas punzantes en la pierna y raspaduras en las manos que se hizo mientras intentaba aflojar el agarre de la mandíbula del depredador.
Joel Fodrie, profesor asociado del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, comentó al portal Today que las probabilidades de un ataque de tiburones son "muy, muy, muy bajas", pero, pese a ello, siempre hay que ir a la playa con precaución.
Este año en todo el mundo se han reportado menos ataques de escualos, probablemente porque muchas playas permanecieron cerradas debido a la pandemia del covid-19. Normalmente, se registra unos 80 ataques anuales, mientras que hasta la fecha solo se sabe de 18 casos documentados, 7 de ellos, en EE.UU.
Así, en mayo, Ben Kelly, un surfista de 26 años de Santa Cruz, California, murió después de ser atacado por un gran tiburón blanco, convirtiéndose en la primera persona muerta por un escualo en el norte de California desde 2004.