Un instructor de buceo alemán estaba paseando con su hija por una playa de la isla de Titikaveka, en las Islas Cook, en el Pacífico, cuando realizó un extraño hallazgo: una anguila marina que había muerto sofocada al intentar tragar un pez globo que se infló en su boca.
Tim Mayer relató que en un principio creyó que se trataba se un trozo de madera sobre la arena; sin embargo, al acercarse se percató de que lo que tenía delante era una anguila de más de 1,2 metros de largo que había muerto cuando intentaba alimentarse.
Tras el hallazgo, el instructor de buceo y su esposa contactaron con Kirby Morejohn, un biólogo marino local, quien explicó que probablemente el pez globo utilizó su mecanismo de defensa cuando la anguila quiso tragárselo, y que al inflarse acabó atascado en la garganta de su depredador, causándole la muerte por asfixia.
"Quedé impresionado cuando lo vi […] no podía creer que este tipo de interacción existiera y que nunca hubiera oído hablar de ella", comentó Morejohn, quien aseguró que nunca había visto algo similar en toda su carrera.
"Parece que el pez globo se llevó lo mejor de la anguila, pero ambos pagaron el precio final. Y justo detrás de ellos, un arco iris se hundía en el horizonte. Era surrealista", señaló Mayer sobre la escena que presenció.