Un perro que sobrevivió tras ser sacrificado escapa de su tumba y va a buscar a sus dueños

El can fue llevado a un centro de rescate, donde los veterinarios no apreciaron problemas de salud que justificaran el sacrificio del animal.

Un pastor alemán sobrevivió a una inyección letal y escapó de la tumba en un bosque donde lo habían enterrado para ir a buscar a su familia. La increíble historia de Kiriusha fue compartida por la fundación de caridad rusa Dobry Górod (Buena ciudad, en español), que rescató a la mascota y ahora le está buscando un nuevo hogar.

Los hechos tuvieron lugar en la ciudad rusa de Ujtá, en el noroeste del país. A pesar del suero venenoso que le habían administrado, Kiriusha no murió. Se despertó en soledad en medio de un bosque y se dirigió hacia una carretera próxima para encontrar ayuda. 

Fue allí donde fue encontrado por una automovilista amante de los animales, que vio al can tumbado exhausto al lado de la carretera y se detuvo para alimentarlo y llevarlo al centro de rescate. Los voluntarios ofrecieron a Kiriusha atención veterinaria y le encontraron una vivienda temporal.

Cuando la historia del animal apareció en las redes sociales, sus supuestos amos, residentes de la ciudad de Yemva, a unos 200 kilómetros de Ujtá, contactaron con la organización. Aseguraron que Kiriusha padecía una enfermedad grave durante mucho tiempo, por lo que se vieron obligados a sacrificarlo y lo enterraron en el bosque cerca del lugar donde fue encontrado. Aparentemente, la dosis no fue fatal y el perro simplemente perdió la conciencia.

El lugar del hallazgo, la edad aproximada del perro e incluso el lugar de la pata que fue afeitado para aplicar la inyección coincidían con lo que contaron los supuestos dueños, pero una cosa parecía sospechosa: los veterinarios constataron que Kiriusha solo padecía una artritis crónica leve, pero ninguna enfermedad grave que justificara su sacrificio.

Un día después, los presuntos amos cambiaron su testimonio y afirmaron que se habían equivocado y que su Kiriusha aún estaba en el sitio donde lo habían enterrado. Cuando los voluntarios del refugio solicitaron que les enviaran fotos del lugar, ellos se negaron, alegando que se les había roto la computadora portátil.

Los administradores del centro decidieron no investigar más qué le había sucedido realmente a Kiriusha. Actualmente, el perro se encuentra bien y está en busca de un nuevo hogar. El refugio asegura que es bondadoso con la gente, tranquilo, casi no ladra y pasea con calma, sin tirar la cadena.

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