Un hombre que vive en Los Ángeles (California, EE.UU.) no pudo contener sus lágrimas al reunirse con la gata que había perdido hace unos 15 años y a la que no esperaba volver a ver.
Ese varón adoptó a Brandy en 2005, cuando era casi una recién nacida, pero una tarde pocos meses después el animal salió al patio trasero y, cuando oscureció, ya no estaba allí.
Buscó a su mascota en refugios de animales y colocó carteles, pero no tuvo suerte y esa pérdida le dejó "muy triste" porque había adquirido "la obligación moral de cuidarla de por vida", según declaró a la agencia AP.
Aunque se asustó al pensar que la podía haber matado un coche o un coyote, mantuvo la esperanza de que alguien la hubiera encontrado en la calle para cuidarla y supone "que eso es lo que pasó".
Posteriormente, se mudó a otro lugar del Valle de San Fernando y adoptó a dos gatos más jóvenes.
"La misma gata tranquila y gentil"
En febrero, este hombre recibió una llamada de un refugio de animales local y otra del fabricante del microchip que implantaron a Brandy cuando la adoptó: la habían encontrado a unos 65 kilómetros de su actual domicilio.
Al principio, se mostró "escéptico" y estimó que "debía de ser un error", pues había "una posibilidad entre un millón de que fuera Brandy", pero después pensó que "el microchip no mentiría".
Cuando la vio, la reconoció y percibió que estaba muy delgada: pesaba 2,7 kilogramos, como cuando se extravió, pero era la misma gata "tranquila, gentil y dulce" que recordaba.
"La levanté, empezó a ronronear y fue muy emotivo: resultó agradable tenerla en mis brazos de nuevo", señaló entre lágrimas al pensar "en todos los años" que habían pasado separados.
Como vive en un apartamento de un dormitorio con otros dos gatos más jóvenes, Brady se quedará con su hermana y este varón la visitará con frecuencia porque vive cerca de allí.
"No tiene mucha energía, pero parece muy contenta" porque "ronronea mucho" y da la impresión de que está "feliz de tener un hogar de nuevo", se congratuló.
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