Un equipo de investigadores ha descubierto que un extraño comportamiento detectado en salmones jóvenes de un criadero de peces en la región alemana de Sauerland, puede tener una curiosa causa. En uno de los arroyos afluentes se encontraron rastros de cocaína y un producto para la degradación de la misma, informó la Agencia Estatal de Medio Ambiente del estado federado de Renania del Norte-Westfalia.
Fue en junio del 2020 cuando un responsable de pesca del organismo en el municipio de Kirchhundem observó un comportamiento atípico en los animales, criados para un proyecto de conservación de especies.
"Los salmones intentaban saltar fuera del agua, presas del pánico", contó Daniel Fey, jefe del Departamento de Ecología Pesquera y Acuicultura, citado por Der Spiegel. Según el especialista, ese comportamiento apuntaba a una contaminación del agua de entrada, la cual los peces querían evitar instintivamente. "Al día siguiente, los salmones volvieron a mostrar una conducta típica" y no sufrieron daños permanentes, agregó.
Tras realizar un análisis de muestras de agua del arroyo y de la cuenca, se encontraron pesticidas procedentes de la agricultura y restos de productos farmacéuticos provenientes de aguas residuales, todo ello en pequeñas cantidades. Además, los investigadores descubrieron dos sustancias que les llamaron la atención: cocaína y benzoilecgonina, un producto que se usa para degradar el estupefaciente.
Aunque los expertos no detectaron droga en la propia pecera, esto podría deberse al alto grado de dilución en la instalación. "No se ha podido averiguar una causa clara para el comportamiento de los peces. Sin embargo, tampoco se puede descartar una reacción a la cocaína detectada en el agua del arroyo", explicó la agencia estatal en un reciente informe. Todavía no está claro quién arrojó el narcótico en el agua. Los empleados de organismo encontraron un vertido ilegal de aguas residuales en el arroyo, sin embargo, la Policía no logró determinar el origen de este.
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