La rehén estadounidense del EI no llamó 'esposo' a su novio para salvarle la vida
Alkhani, de nacionalidad siria, conoció a Mueller en 2010 en El Cairo y juntos visitaron muchos países de Oriente Próximo. La joven ayudaba a organizaciones propalestinas y a huérfanos en la India. En 2013 Mueller consiguió un trabajo con una ONG turca para ayudar a los refugiados sirios, mientras que su novio se dedicó a fotografiar los horrores en su tierra natal, informa 'Daily Mail'.
Entrando en Siria, Alkhani explicó a su novia los peligros que conlleva la vida en ese país y le aconsejó que, si ocurriese algo malo, se presentase como su mujer con el nombre islámico Ayesha. "No harán daño a la esposa de un hombre musulmán", aseguró Alkhani a su novia. Cuando al joven le ofrecieron arreglar la conexión a Internet en un hospital de Alepo, donde trabajaba Médicos Sin Fronteras, la pareja decidió ir junta y fue secuestrada por un grupo de hombres armados.
No harán daño a la esposa de un hombre musulmán
Al ser interrogada, Mueller respondió que Alkhani no era su esposo, sino simplemente su novio. Después la metieron en una celda con otras mujeres secuestradas, mientras que el joven pasó dos meses en una celda individual. Omar fue torturado y asegura haber oído acento británico en la voz de su carcelero, quien, según sus palabras, era el famoso John el Yihadista.
Sin embargo, Alkhani mantuvo hasta el final la esperanza de que todo saliera bien. "Porque soy sirio y no un espía, y ella era mi esposa, tendrían que haberla soltado", explicaba Alkhani su razonamiento. Hasta que no fue liberado no supo que su novia no se había referido a él como 'su esposo' y que además el Estado Islámico demandaba 20 millones de dólares a los padres de la chica.
A inicios de febrero EE.UU. confirmó la muerte de Mueller, supuestamente debida al bombardeo del edificio donde se encontraba su celda por un avión jordano.