El Estado Islámico, tema 'caliente' del debate entre los aspirantes a Presidencia de EE.UU.
Las últimas 24 horas han sido testigo de un intercambio de acusaciones entre el precandidato republicano Jeb Bush y la demócrata Hillary Clinton. La polémica ha girado en torno de la política exterior de EE.UU. y, de forma concreta, del surgimiento y auge del grupo terrorista del Estado Islámico.
La controversia surge alrededor de la retirada de las tropas estadounidenses de Irak en 2011, que Jeb Bush calificó en un discurso la noche de este martes de "precipitada". De esta forma el republicano culpó a la Administración de Obama y a la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, de haber propiciado el ascenso de los yihadistas con la decisión. Sin embargo, la retirada formaba parte de la estrategia de un plan que había sido firmado previamente por su hermano, el presidente George Bush, cuando aún ejercía sus funciones como presidente.
Por su parte, la aspirante demócrata Hillary Clinton respondió con contundencia a Bush acusándolo de actuar a la desesperada para insuflar algo de fuerza a su campaña. Asimismo, la exsecretaria de Estado recordó que el acuerdo firmado por George Bush establecía la retirada de las tropas a menos que los iraquíes solicitaran lo contrario.
Clinton insistió en que desde el cargo de secretaria de Estado tanto ella como el presidente Obama intentaron convencer al Gobierno iraquí para que las tropas se quedaran para mejorar su capacitación, inteligencia y vigilancia.
El enfrentamiento constituye una novedad de alguna forma en la retórica habitual de los candidatos en materia de política exterior, ya que en vez de responsabilizar a agentes externos como el caso de Siria y el presidente Bashar Al Asad ahora se responsabilizan los unos a los otros por lo ocurrido en Irak.
En este sentido, el analista internacional Roberto Antonio Wagner sostiene que los candidatos a la Presidencia de EE.UU. no hablan de temas internos para no perder votos.