¿Por qué la Tierra podría quedarse sin 'pulmones' en las próximas décadas?
Para el año 2050 una extensión de bosque de una superficie equivalente a la de la India desaparecerá por completo si los líderes mundiales no adoptan las medidas adecuadas para combatir la deforestación, según el nuevo informe del Centro para el Desarrollo Global (EE.UU.). Los investigadores han llegado a esta conclusión a partir de los datos de satélites recabados entre 2001 y 2012.
"A diferencia de otros estudios, en realidad consideramos que si no hacemos nada la deforestación en los bosques tropicales aumentará", escribe en su blog Jonah Busch, uno de los autores del estudio. El problema perjudicará a la vida de los animales y plantas que dependen de los árboles para sobrevivir, pero aún más alarmante será su impacto en el cambio climático.
Actualmente, los países tratan de combatir el cambio climático reduciendo la quema de combustibles fósiles y apostando por la energía renovable. Sin embargo, los bosques contienen una cantidad enorme de carbono que se liberaría en el caso de que se destruyeran los árboles. El estudio señala que la pérdida de una superficie de bosques tropicales del tamaño de la India verterá a la atmósfera unas 169 gigatoneladas del dióxido de carbono.
Si no hacemos nada, la deforestación en los bosques tropicales aumentará
Para resolver el problema, los investigadores proponen como alternativa establecer pagos internacionales, de tal forma que los países ricos ofrezcan recursos materiales a otras naciones para que mantengan sus bosques tropicales. Sin embargo, sería más fácil que los países establecieran políticas más restrictivas sobre la deforestación, destaca el informe. De hecho, algunos estados ya han aprobado reformas de este tipo o se han comprometido a aplicarlas en un futuro.
El estudio pone como ejemplo el caso de Brasil, que desde 2004 ha reducido la deforestación en la Amazonia en un 80 por ciento. Los investigadores calculan que si todas las naciones aplicaran políticas tan eficaces como las de Brasil, se podría evitar la emisión de unas 60 gigatoneladas de dióxido de carbono. Por otro lado, la aprobación de tales reformas resulta más barata que la reducción de emisiones en otros sectores, como la energía o el transporte.