Con lo puesto: colombianos cargan lo que pueden y abandonan la zona de conflicto con Venezuela
El sol y la difícil geografía no importaron. Cualquier desafío fue enfrentado y superado por quienes se vieron obligados a abandonar sus viviendas en San Antonio del Táchira, Venezuela. Por delante tenían un río y la necesidad de recibir ayuda para no quedarse sin nada.
El ataque sufrido por tres militares y un civil hace algunos días derivó en el éxodo voluntario de más de 1.500 colombianos. El viaje comenzó temprano y entregó una imagen repetida: todos iban cargados al extremo con aquello que pudieron tomar de sus hogares. "Hoy empezamos a sacar las cositas", contó una de las migrantes, mientras se preparaba para cruzar a pie el río fronterizo.
A muchos de ellos los aguardaba un refugio en la zona de Cúcuta, que ya recibió a más de 600 personas y les brindó alimentos y un lugar para bañarse y dormir.
Según publicó el portal La Razón, la única esperanza de los damnificados era saber "qué ayuda" les brindaría su país, ya que las pertenencias que les quedaron fueron solo aquellas que lograron transportar sobre sus propios hombros.
Ante a esta situación, el Gobierno de Colombia cuestionó el éxodo forzado y aseguró que la manera de resolver los problemas en la zona limítrofe "no es cerrando la frontera ni deportando colombianos", detalló la publicación, que agregó que las autoridades venezolanas ya deportaron a más de mil colombianos indocumentados y recordaron que en la zona de conflicto detuvieron a 18 individuos, 10 de los cuales eran presuntos miembros de Los Urabeños, un grupo paramilitar acusado de delitos de homicidio, narcotráfico, contrabando, trata de personas y extorsión.