Lobotomía y centros psiquiátricos: revelan el secreto más oscuro del clan Kennedy
El libro 'Rosemary: la hija oculta de los Kennedy' de Kate Larson, que pronto saldrá a la venta, destapa escabrosos detalles de una de las historias estadounidenses más secretas de los últimos 75 años. Rosemary Kennedy, hermana de quien en enero de 1961 se convirtió en presidente de EE.UU., es descrita por la autora como una hija vivaz con una "sonrisa perfecta" que luchó por encontrar su lugar en una familia que apreciaba los logros y el éxito por encima de todo, informa la revista 'People'.
Según cuenta Larson, Rosemary nació en 1918 con algunos problemas de retraso mental a raíz de complicaciones en el parto: sufrió una interrupción de flujo de oxigeno debido a que la enfermera no conseguía encontrar al doctor encargado y le pidió a su madre, Rose Kennedy, que "juntara con fuerza las piernas para retrasar la llegada del bebé".
Cuando la niña creció, sus padres comenzaron a notar que "no era como los otros" hermanos ya que sufría constantes e incontrolables ataques de ira. Al llegar a la pubertad, Rosemary se desarrolló y empezó a llamar la atención de los hombres, ante lo que su padre, Joseph P. Kennedy, comenzó a preocuparse por que su hija se quedara embarazada, empañando así la reputación de la familia y el futuro político de sus miembros.
Por esta razón en noviembre de 1941 el padre de Rosemary decidió, sin comunicárselo al resto de la familia, someter a la joven a una lobotomía (procedimiento que se encontraba en fase experimental y volvía más dóciles a las personas con problemas mentales). Según Larson, la operación consistía en taladrar el cráneo de Rosemary en dos putos, insertar una espátula hacia el lóbulo frontal del cerebro, girar la espátula y raspar. Las consecuencias fueron catastróficas y Rosemary, que en ese momento tenía 23 años, quedó con la capacidad mental de un niño de 3 años.
La vida de Rosemary tras la trágica intervención
Tras la brutal intervención, su padre hizo todo lo posible por apartarla al máximo de la vida pública. Después de internar a la joven en un centro psiquiátrico ubicado en el estado de Nueva York durante siete años, Joseph P. Kennedy envió a Rosemary a una institución mental católica en el estado de Wisconsin (donde su tía se hizo cargo de ella) y nunca más la volvió a ver.
Sus hermanos no fueron a visitarla durante las siguientes dos décadas, hasta que en 1961 el patriarca de la familia sufrió un derrame cerebral que lo dejó discapacitado. Fue entonces cuando su madre decidió ir a visitarla al centro por primera vez. Rosemary Kennedy falleció por causas naturales en el año 2005 a los 86 años.