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Una octogenaria planta cara al youtuber español The Grefg en un pleito inmobiliario en Andorra

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El creador de contenido quiere echarla de un inmueble que adquirió hace tres años, mientras que la mujer alega que tiene un contrato de arrendamiento vitalicio desde 1993.
Una octogenaria planta cara al youtuber español The Grefg en un pleito inmobiliario en Andorra

El pleito judicial que enfrenta desde hace más tres años al youtuber español The Grefg, cuyo nombre real es David Cánovas, y a una anciana de más de 80 años en Escaldes, un municipio de Andorra, ya escaló a los medios y las redes sociales.

El youtuber adquirió el edificio donde vive la anciana y quiere que se vaya. Su idea era reformar todo el inmueble para volverlo a poner en alquiler, se entiende que por un mayor precio. La mujer sostiene que tiene un contrato de arrendamiento verbal vitalicio y que no piensa irse de su casa.

Durante este tiempo se han producido escenas de lo que se podría denominar 'mobbing' o acoso inmobiliario: una octogenaria que vive en un bloque en obras, convertido en una nevera por la retirada de diversos elementos, como ventanas, y que ha sufrido incluso la congelación de las tuberías en el gélido invierno andorrano.

La noticia explotó después de la publicación del diario andorrano Altaveu del domingo pasado, en la que se contaba el caso que involucra a uno de los creadores de contenido más famosos en España, con 18 millones de seguidores en su canal de YouTube y más de 11 en la plataforma Twitch.

La anciana denuncia las condiciones del inmueble

La mujer de 80 años reside en el edificio destartalado y denuncia que sufre por las condiciones actuales del inmueble. Su propietario, la empresa Grefito, perteneciente a Cánovas, pretendía reformar completamente el edificio, pero antes quería que su única ocupante lo abandonara.

La anciana no aceptó a marcharse y las obras de remodelación comenzaron. Sin embargo, todavía no se han llevado a término los mínimos decretados por un juzgado de primera instancia para garantizar la habitabilidad digna de la inquilina.

La mujer vive en el inmueble desde 1989 y ocupa dos pisos. En 2020, el anterior propietario informó a los ocupantes del bloque que iba a vender el edificio y les pidió que desalojaran, ya que el comprador quería reformarlos para ponerlos de nuevo en alquiler.

Sus contratos eran anuales y dejaron de ser renovados, por lo que accedieron todos menos esta mujer, que vivía con uno de sus hijos, y que tenía otro tipo de acuerdo de arrendamiento. Al final de ese 2020 comenzaron los problemas y la pugna judicial, que ya dura más de tres años.

Denuncias cruzadas

La anciana ha realizado diversas denuncias en este tiempo. Algunas de ellas ante la Policía, donde relató que en una estancia del inmueble llegó a encontrar colgada la cabeza de una muñeca, algo que consideró una amenaza. Los responsables de Grefito negaron ser los responsables, aunque no pudieron negar el hecho.

Con la octogenaria en el interior de un piso, la empresa comenzó a desmontar las viviendas, quitando todas las ventanas y los cerramientos, con lo que la corriente de aire provocó intensas bajadas de temperatura en el hogar de la anciana.

La mujer exigió en los tribunales que se tomaran medidas para paliar esos efectos. El inmueble, además, sufrió la congelación de las cañerías, lo que dejó a la mujer sin agua corriente.  Ante ese hecho, la sociedad de The Grefg intentó responsabilizar a la octogenaria, asegurando que ella no había dejado el agua corriendo por haber ido a pasar unos días a casa de su hijo, mientras se recuperaba de una enfermedad.

Aprovechando esa circunstancia, Grefito esgrime que la mujer tiene un lugar al que irse. Además, exige pruebas documentales del alquiler, algo que no se puede proporcionar al tratarse de un pacto de palabra, que eran los normales en aquella época. 

La mujer sostiene que tiene un contrato verbal de arrendamiento vitalicio, que eran los que estaban vigentes antes de la nueva normativa que se aprobó en Andorra en 1993. Para ella, el apartamento donde ha residido por más de tres décadas es su hogar.

De momento, a pesar de que el juzgado obliga desde 2021 a The Grefg a tapar o tapiar las ventanas para evitar que la inquilina pase frío, la empresa no lo ha hecho. Grefito recurrió la decisión, que fue ratificada por una segunda instancia judicial. La sociedad entiende que es un coste muy elevado si finalmente se ordena el desahucio de la inquilina.

Pleito en caliente

La sociedad del youtuber también acudió a los tribunales en abril de 2023 pidiendo el desahucio de la mujer, algo que un juzgado de primera instancia le concedió para el pasado agosto.

Sin embargo, la medida no se ha llevado a cabo porque el caso está pendiente de la resolución del recurso presentado por la octogenaria.

La nueva polémica hizo que The Grefg publicara un extenso comunicado el lunes por la noche para defenderse de las intensas críticas que ha recibido desde que trascendió la noticia, en el que califica la permanencia de su inquilina de "ocupación abusiva" y la acusa de llevar tres años sin pagar la renta.

Mientras, el abogado de la inquilina, Pere Cristofol, ha desmentido este punto en una entrevista en la Radio Andorrana. El letrado sostiene que hace tres años que la sociedad no quiere cobrarle el alquiler a su clienta, pero que durante todo este tiempo ella lo ha depositado mensualmente en el juzgado y se encuentra al corriente de pago.

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