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La ineficacia económica obliga a México a destruir el monopolio de Pemex
La ineficacia económica del monopolista petrolero Pemex hará inevitable que México abandone el monopolio estatal en esta materia prima, opina el analista ruso del sector Yuri Nikolaev en un reciente artículo publicado en el portal inosmi.ru.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, decidió abandonar el monopolio estatal de petróleo y gas, y presentó al Senado un proyecto de ley que permite a las petroleras extranjeras y a las compañías privadas en general operar en este sector de la economía mexicana.
Por lo tanto, la empresa mexicana Pemex puede perder la condición de monopolio estatal en México. Hasta ahora la ley establece que solo esta empresa debe actuar en la industria petrolera nacional. Pemex es la octava petrolera del mundo y exporta el 85% de su producción a Estados Unidos. Esa producción, sin embargo, disminuyó un 25% en la última década, pasando de 3,4 millones de barriles diarios a 2,5 millones.
Según el plan de Nieto, la empresa estatal seguirá siendo formalmente el propietario mayoritario y administrador de los yacimientos de petróleo nacionales, pero el mandatario invitó a empresas privadas a que operen en el sector petrolero del país. Las compañías que se asocien a Pemex recibirán el equivalente monetario de la venta de hidrocarburos de yacimientos explotados conjuntamente con el Estado.
Un esquema similar de gestión de propiedad estatal es aplicado ahora en Ecuador, Irán, Irak y Malasia. Además, las autoridades también quieren renunciar al monopolio estatal en la generación de electricidad. No obstante, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex permanecerán en manos del Estado.
Cabe recordar que en 2001-2002, el Gobierno mexicano trató de liberalizar el sector y permitir a los inversores extranjeros operar en la industria petrolera, pero fracasó debido a la resistencia que encontró esta propuesta en el Parlamento.
En 1985, la extracción alcanzó 2,9 millones de barriles diarios, sólo por debajo de Estados Unidos, la Unión Soviética y Arabia Saudita.
A principios de la década de 2000, la industria petrolera de México, generó alrededor de un tercio de los ingresos presupuestarios del país.
Sin embargo, con el aumento de la producción y de las exportaciones, creció la propia empresa, convirtiéndose poco a poco en un monopolio monstruoso, que ha absorbido otras actividades. Pemex, sobrecargado con grandes infraestructuras, un complicado sistema de gestión y numerosas obligaciones sociales, financieras y económicas, se ha sumido en una profunda crisis. Los analistas de la compañía estatal aseguran que la situación se ha vuelto crítica porque el Estado le deja muy pocos recursos a la compañía para su propio desarrollo y que sin una inversión de unos 10.000 millones de dólares anuales, la compañía podría irse a pique en breve.
La decisión de abandonar el monopolio estatal de petróleo y gas se tomó debido a que la petrolera pública no tiene la capacidad técnica de extraer la mayor cantidad del petróleo que permanece en las reservas del país. Y las tasas de producción siguen cayendo.
Según estadísticas recién publicadas, las pérdidas de Pemex en el primer semestre de este año ascendieron a 4.200 millones de dólares, hecho que pone de manifiesto la necesidad de invertir más dinero en la exploración de petróleo, en las nuevas tecnologías, especialmente en perforación en aguas profundas, dado que los expertos relacionan el futuro del sector petrolero mexicano principalmente con los yacimientos de petróleo del golfo de México. El pasado año Pemex anunció planes para restaurar el nivel de producción hasta más de tres millones de barriles diarios en 2017.
"¿Pero de dónde es posible recibir estos fondos? Hay sólo una alternativa: atraer inversiones extranjeras en el sector petrolero del país", concluye Nikolayev.
Por lo tanto, la empresa mexicana Pemex puede perder la condición de monopolio estatal en México. Hasta ahora la ley establece que solo esta empresa debe actuar en la industria petrolera nacional. Pemex es la octava petrolera del mundo y exporta el 85% de su producción a Estados Unidos. Esa producción, sin embargo, disminuyó un 25% en la última década, pasando de 3,4 millones de barriles diarios a 2,5 millones.
Según el plan de Nieto, la empresa estatal seguirá siendo formalmente el propietario mayoritario y administrador de los yacimientos de petróleo nacionales, pero el mandatario invitó a empresas privadas a que operen en el sector petrolero del país. Las compañías que se asocien a Pemex recibirán el equivalente monetario de la venta de hidrocarburos de yacimientos explotados conjuntamente con el Estado.
Un esquema similar de gestión de propiedad estatal es aplicado ahora en Ecuador, Irán, Irak y Malasia. Además, las autoridades también quieren renunciar al monopolio estatal en la generación de electricidad. No obstante, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex permanecerán en manos del Estado.
Cabe recordar que en 2001-2002, el Gobierno mexicano trató de liberalizar el sector y permitir a los inversores extranjeros operar en la industria petrolera, pero fracasó debido a la resistencia que encontró esta propuesta en el Parlamento.
¿Por qué México se niega a conservar el monopolio estatal sobre el petróleo?
Durante 75 años Pemex ha sido la principal fuente de ingresos estatales, garantizando, entre otras cosas, la financiación de la educación, la salud, la ciencia y los programas sociales. No es casual que en los pasillos parlamentarios se apode a Pemex como 'vaca lechera'.En 1985, la extracción alcanzó 2,9 millones de barriles diarios, sólo por debajo de Estados Unidos, la Unión Soviética y Arabia Saudita.
A principios de la década de 2000, la industria petrolera de México, generó alrededor de un tercio de los ingresos presupuestarios del país.
Sin embargo, con el aumento de la producción y de las exportaciones, creció la propia empresa, convirtiéndose poco a poco en un monopolio monstruoso, que ha absorbido otras actividades. Pemex, sobrecargado con grandes infraestructuras, un complicado sistema de gestión y numerosas obligaciones sociales, financieras y económicas, se ha sumido en una profunda crisis. Los analistas de la compañía estatal aseguran que la situación se ha vuelto crítica porque el Estado le deja muy pocos recursos a la compañía para su propio desarrollo y que sin una inversión de unos 10.000 millones de dólares anuales, la compañía podría irse a pique en breve.
La decisión de abandonar el monopolio estatal de petróleo y gas se tomó debido a que la petrolera pública no tiene la capacidad técnica de extraer la mayor cantidad del petróleo que permanece en las reservas del país. Y las tasas de producción siguen cayendo.
Según estadísticas recién publicadas, las pérdidas de Pemex en el primer semestre de este año ascendieron a 4.200 millones de dólares, hecho que pone de manifiesto la necesidad de invertir más dinero en la exploración de petróleo, en las nuevas tecnologías, especialmente en perforación en aguas profundas, dado que los expertos relacionan el futuro del sector petrolero mexicano principalmente con los yacimientos de petróleo del golfo de México. El pasado año Pemex anunció planes para restaurar el nivel de producción hasta más de tres millones de barriles diarios en 2017.
"¿Pero de dónde es posible recibir estos fondos? Hay sólo una alternativa: atraer inversiones extranjeras en el sector petrolero del país", concluye Nikolayev.
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