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La Casa Blanca ordena realizar el plan de ‘cierre parcial’ del Gobierno
La Casa Blanca ha avisado a las agencias federales para que implementen el plan de ‘cierre’ parcial del Gobierno ahora que ha vencido el plazo para que el Congreso alcance un acuerdo sobre el presupuesto gubernamental.
La medida legislativa fracasó ante la negativa de la mayoría republicana de la Cámara Baja a la propuesta de eliminar las referencias a la reforma sanitaria del plan legislativo.
El Senado, controlado por los demócratas, rechazó en una semana los tres intentos de la Cámara de Representantes para condicionar la continuidad de presupuesto del Gobierno a un eventual retraso por un año de la reforma sanitaria promulgada por el presidente Barack Obama en 2010.
Menos de una hora antes de la medianoche, la Cámara de Representantes propuso la creación de una comisión bipartidista con el Senado para tratar de llegar a un compromiso, pero los demócratas afirmaron que era demasiado tarde para evitar el cierre de las agencias no esenciales.
Como consecuencia, el nuevo año fiscal comienza el 1 de octubre con el cierre de parques nacionales y varios museos, el retraso en el pago de las pensiones y de los cheques de ayudas para los veteranos, así como en el trámite de solicitudes de visas y pasaportes.
Los programas que se consideran esenciales, como el control del tráfico aéreo y las inspecciones de alimentos, continuarán.
El Departamento de Defensa ha informado a los empleados que los miembros uniformados de las Fuerzas Armadas mantendrán el servicio normal, pero que un gran número de trabajadores civiles se quedarán en casa.
El primer 'cierre federal' en más de 17 años podría mandar a casa a casi 800.000 funcionarios durante el tiempo que dure la escasez de fondos y podría costar más de 1.000 millones de dólares a las arcas públicas, según la Casa Blanca.
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo en una rueda de prensa en la Casa Blanca la noche de este lunes que la ley de salud que impulsó entrará en vigor el martes como está programado, y que el Congreso no puede impedirlo.
Resaltando el impacto de un posible ‘cierre parcial’ del Gobierno, el mandatario afirmó que tal paralización "arrojaría una llave en los engranajes de la economía estadounidense".
La última suspensión de actividades del Gobierno ocurrió en diciembre y enero de 1995-1996 y se prolongó por un total de 28 días.
El Senado, controlado por los demócratas, rechazó en una semana los tres intentos de la Cámara de Representantes para condicionar la continuidad de presupuesto del Gobierno a un eventual retraso por un año de la reforma sanitaria promulgada por el presidente Barack Obama en 2010.
Menos de una hora antes de la medianoche, la Cámara de Representantes propuso la creación de una comisión bipartidista con el Senado para tratar de llegar a un compromiso, pero los demócratas afirmaron que era demasiado tarde para evitar el cierre de las agencias no esenciales.
Como consecuencia, el nuevo año fiscal comienza el 1 de octubre con el cierre de parques nacionales y varios museos, el retraso en el pago de las pensiones y de los cheques de ayudas para los veteranos, así como en el trámite de solicitudes de visas y pasaportes.
Los programas que se consideran esenciales, como el control del tráfico aéreo y las inspecciones de alimentos, continuarán.
El Departamento de Defensa ha informado a los empleados que los miembros uniformados de las Fuerzas Armadas mantendrán el servicio normal, pero que un gran número de trabajadores civiles se quedarán en casa.
El primer 'cierre federal' en más de 17 años podría mandar a casa a casi 800.000 funcionarios durante el tiempo que dure la escasez de fondos y podría costar más de 1.000 millones de dólares a las arcas públicas, según la Casa Blanca.
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo en una rueda de prensa en la Casa Blanca la noche de este lunes que la ley de salud que impulsó entrará en vigor el martes como está programado, y que el Congreso no puede impedirlo.
Resaltando el impacto de un posible ‘cierre parcial’ del Gobierno, el mandatario afirmó que tal paralización "arrojaría una llave en los engranajes de la economía estadounidense".
La última suspensión de actividades del Gobierno ocurrió en diciembre y enero de 1995-1996 y se prolongó por un total de 28 días.
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