Frontera quebradiza entre Pakistán y la India
La rivalidad entre la India y Pakistán llega a su máximo extremo en la frontera de Wagah, 500 kilómetros al norte de Nueva Delhi. La espectacular ceremonia de cierre de la frontera es famosa en el mundo entero y atrae a miles de visitantes que van aquí para presenciar esta expresión de patriotismo.
La atmósfera está realmente cargada, con espectadores en ambos lados de la frontera que incitan a sus respectivos soldados en su exhibición de poder nacional. Pero las muestras de fuerzas están aquí cuidadosamente coreografiadas para que nadie cruce la delicada línea que divide a los dos países.
"Como una persona que viene de donde existe un conflicto mayor -soy israelí y estamos en conflicto permanente con los árabes- pienso que esta ceremonia es un modo muy bueno de expresar la agresión sin llegar a la violencia. Sin que se derrame sangre", comentó Amit Bahat, un turista israelí que observaba la ceremonia.
La frontera de Wagah sirve incluso como un barómetro que indica el estado de las relaciones entre los dos países, que frecuentemente es malo. Hace algunos años se creía que se podría establecer una zona especial para facilitar el comercio. Pero tras los ataques en Bombay del año pasado ya ha dejado de ser una alternativa posible.
El granjero indio Joginder Singh muestra su granja, situada casi en la frontera, y dice que ya está acostumbrado a trabajar bajo la inevitable mirada de los soldados. "Cada vez que las patrullas paquistaníes se acercan a la frontera, nos alejamos de aquí. Así trabajamos más tranquilos", dice Joginder.
La franja de la frontera de la sección del Punjab, de unos 550 km de largo, es considerada una zona tranquila, salvo en la zona de Cachemira. Sin embargo, Himmat Singh, de las fuerzas fronterizas de seguridad indias, afirma que hace poco hubo una serie de disparos provenientes de la zona paquistaní, aunque aclara que fue algo excepcional.
"Existe una frontera establecida por la comunidad internacional que respetan las dos partes, así que generalmente es una zona tranquila sólo con algunos problemas de contrabando y delitos menores", indica Singh.
En el marco de las graves y profundas divisiones entre la India y Pakistán casi resulta un alivio tener que ocuparse de cuestiones como el contrabando de drogas, un tema casi banal para dos países con armas atómicas que mantienen un conflicto que ya se extiende por varias décadas.