Israel no boicoteará el Consejo de Derechos Humanos para no sufrir "daños diplomáticos graves"
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Israel asistirá a la reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, según informó un alto funcionario israelí a AFP después de que algunos medios informaran de que Alemania había advertido de una reacción diplomática en caso de boicot.
Soldados israelíes lanzan gas lacrimógeno contra los manifestantes palestinos durante una manifestación contra la construcción y expansión de los asentamientos en tierras de cisjordana. / AFP
"Vamos a asistir" al Examen Periódico Universal celebrado por el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas con sede en Ginebra, afirmó este domingo el funcionario, que pidió no ser identificado.
El periódico 'Haaretz' informó de que Alemania había advertido a Israel de "daños diplomáticos graves" si no asistía a la reunión.
El diario afirmó que la advertencia había llegado en forma de una carta personal del ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enviada a la embajada de Israel en Berlín el pasado viernes "con la instrucción de que el primer ministro la recibiera tan pronto como sea posible".
La oficina de Netanyahu se negó a comentar sobre la información de 'Haaretz'.
AFP
Las sesiones del CDH tienen por objeto permitir a los estados "declarar qué acciones se han tomado para mejorar la situación de los derechos humanos en sus países".
Israel comenzó su boicot al Consejo de Derechos Humanos en marzo de 2012, después de que el organismo anunciara que lanzaría una investigación sobre las formas en las que los asentamientos israelíes pueden infringir los derechos de los palestinos.
A los miembros del Consejo de Derechos Humanos se les impidió visitar el país, y el embajador de Israel en Ginebra no respondió a ninguno de sus intentos de comunicación vía telefónica. Israel se convirtió en el primer país en boicotear la revisión de los derechos humanos al no asistir al Examen Periódico Universal del 29 de enero de 2013.
Los asentamientos israelíes en la ocupada Cisjordania y Jerusalén Este han sido una fuente constante de controversia desde que Israel tomó la zona tras la guerra de 1967, junto con otros territorios. El Gobierno de Netanyahu ha estado construyendo con rapidez asentamientos, alcanzando unos 350.000 colonos israelíes residentes actualmente en Cisjordania junto con aproximadamente 2,5 millones de palestinos.
