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La extracción de combustible de Fukushima es una amenaza catastrófica para América del Norte
La compañía encargada de la planta nuclear de Fukushima, Tepco, ha anunciado que pronto comenzará a intentar la extracción de más de 1.200 bloques usados de combustible nuclear de una piscina de enfriamiento.
El pasado 30 de octubre, los suscriptores de un servicio de alerta en EE.UU. recibieron en sus teléfonos móviles el siguiente mensaje:
"TEPCO comenzará la extracción del combustible usado de Fukushima # 4 en cuestión de días. Existe una posibilidad significativa de una liberación catastrófica de material radiactivo a la atmósfera. Seguimos monitoreando".
Los científicos en todo el mundo han advertido desde hace más de dos años de los peligros y las consecuencias a nivel global que puede acarrear este proceso que tendría lugar cerca del reactor número 4, el más afectado por el tsunami de 2011.
En el caso de este reactor, los bastidores que sostienen los bloques de combustible fueron afectados y deformados durante dicho accidente, dejando la construcción estructuralmente inestable y altamente vulnerable. Además, el combustible nuclear usado no puede ser simplemente levantado por una grúa. Debe ser levantado y trasladado en todo momento sumergido en agua y estructuras fuertemente blindadas, según explica el portal From The Trenches World Report.
Durante el proceso de extracción, si los elementos combustibles se tocan entre sí, se caen o se resquebrajan, existe la posibilidad de que ocurran reacciones nucleares incontroladas y hasta explosiones.
Según Robert Álvarez, exasesor principal de políticas de la Secretaría de Energía de EE.UU., secretario adjunto de seguridad nacional y uno de los principales expertos de ese país en piscinas de combustible gastado, "hay más de 37 millones de curios [unidad de radiactividad] de larga radiactividad almacenados en el combustible usado solo dentro de esta piscina. Si otro terremoto impactara en el lugar causando que la piscina se vacíe o se diera algún otro evento, como una explosión, podría resultar en un incendio radiológico catastrófico que liberaría cerca de 10 veces la cantidad de Cesio-137 [a la atmósfera de la Tierra] del que fue emitido por el accidente de Chernóbyl. Y ese es solo uno de los aproximadamente 200 diferentes tipos de isótopos radiactivos que podrían ser liberados.
Según Mycle Schneider, consultor de energía y asesor de los miembros del Parlamento Europeo y del Organismo Internacional de Energía Atómica, "un incendio masivo de combustible gastado probablemente minimizaría las dimensiones actuales de la catástrofe y podría superar las liberaciones de radiactividad de Chernóbyl decenas de veces".
Estas y otras de las preocupaciones no se limitan a Japón. Un accidente en el proceso de eliminación de combustible tendrá serias consecuencias en la salud pública de Estados Unidos y Canadá muchas veces peores que los causados por las explosiones y colapsos iniciales en Fukushima.
Lea también: "Fukushima puede elevar la radiación en Alaska a niveles de la Guerra Fría"
En el peor de los casos, EE.UU. tendría solo unos pocos días para hacer cualquier tipo de preparativo para protegerse de los contaminantes suspendidos en el aire llevados hacia el este, directamente hacia América del Norte, por los vientos dominantes y los patrones climáticos.
El meollo del asunto es que el proceso de eliminación de combustible puede durar varios meses. Pero es algo que tiene que hacerse, ya que dejar el combustible gastado en la piscina deteriorada no es una opción.
Los científicos en todo el mundo han advertido desde hace más de dos años de los peligros y las consecuencias a nivel global que puede acarrear este proceso que tendría lugar cerca del reactor número 4, el más afectado por el tsunami de 2011.
En el caso de este reactor, los bastidores que sostienen los bloques de combustible fueron afectados y deformados durante dicho accidente, dejando la construcción estructuralmente inestable y altamente vulnerable. Además, el combustible nuclear usado no puede ser simplemente levantado por una grúa. Debe ser levantado y trasladado en todo momento sumergido en agua y estructuras fuertemente blindadas, según explica el portal From The Trenches World Report.
Durante el proceso de extracción, si los elementos combustibles se tocan entre sí, se caen o se resquebrajan, existe la posibilidad de que ocurran reacciones nucleares incontroladas y hasta explosiones.
Según Robert Álvarez, exasesor principal de políticas de la Secretaría de Energía de EE.UU., secretario adjunto de seguridad nacional y uno de los principales expertos de ese país en piscinas de combustible gastado, "hay más de 37 millones de curios [unidad de radiactividad] de larga radiactividad almacenados en el combustible usado solo dentro de esta piscina. Si otro terremoto impactara en el lugar causando que la piscina se vacíe o se diera algún otro evento, como una explosión, podría resultar en un incendio radiológico catastrófico que liberaría cerca de 10 veces la cantidad de Cesio-137 [a la atmósfera de la Tierra] del que fue emitido por el accidente de Chernóbyl. Y ese es solo uno de los aproximadamente 200 diferentes tipos de isótopos radiactivos que podrían ser liberados.
Un incendio masivo de combustible gastado podría superar las liberaciones de radiactividad de Chernóbyl decenas de veces
Según Mycle Schneider, consultor de energía y asesor de los miembros del Parlamento Europeo y del Organismo Internacional de Energía Atómica, "un incendio masivo de combustible gastado probablemente minimizaría las dimensiones actuales de la catástrofe y podría superar las liberaciones de radiactividad de Chernóbyl decenas de veces".
Estas y otras de las preocupaciones no se limitan a Japón. Un accidente en el proceso de eliminación de combustible tendrá serias consecuencias en la salud pública de Estados Unidos y Canadá muchas veces peores que los causados por las explosiones y colapsos iniciales en Fukushima.
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En el peor de los casos, EE.UU. tendría solo unos pocos días para hacer cualquier tipo de preparativo para protegerse de los contaminantes suspendidos en el aire llevados hacia el este, directamente hacia América del Norte, por los vientos dominantes y los patrones climáticos.
El meollo del asunto es que el proceso de eliminación de combustible puede durar varios meses. Pero es algo que tiene que hacerse, ya que dejar el combustible gastado en la piscina deteriorada no es una opción.
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